Estrategia gallega de seguridad y calidad asistencial 2024-2028

Esta estrategia se sustentan sobre tres pilares: la gestión de la calidad asistencial, la seguridad del paciente y la atención al paciente y al ciudadano.

Se estructura sobre diez líneas estratégicas, cada una de ellas con sus correspondientes criterios de evaluación, basados en directrices consensuadas, priorizadas y refrendadas por organismos referentes nacionales e internacionales en seguridad del paciente, así como con la evidencia científica disponible.

La puesta en marcha de estas líneas estratégicas ayudará a los centros sanitarios a avanzar en el desarrollo de actividades dirigidas a mejorar la seguridad de los pacientes y, en definitiva, la calidad de su asistencia.

 

La seguridad del paciente como concepto no es algo nuevo, ya que la preocupación por no hacer daño a los pacientes siempre estuvo presente en el quehacer de los/as profesionales de la salud. La necesidad de acciones encaminadas a gestionar los riesgos derivados de la atención es algo más nuevo, ya que estas surgen después de la publicación de estudios que indican que los eventos adversos de la atención son frecuentes, pueden ser graves y, sobre todo, pueden evitarse. Estos efectos no deseados derivados de la atención sanitaria representan una causa de elevada morbimortalidade en todos los sistemas sanitarios desarrollados. La razón fundamental es la creciente complejidad en el manejo de los pacientes, en la que intervienen factores organizativos, factores personales de los profesionales y factores relacionados con la enfermedad.

La Estrategia gallega de seguridad y calidad 2024-2028 incide, por lo tanto, en el avance de la seguridad en la organización y se centra en el compromiso y en el liderado, en el aprendizaje y, sobre todo, en la mejora continua.

Pretendeprofundizar en la gestión de los riesgos de manera proactiva y reactiva. Impulsa la atención a las segundas y terceras víctimas de eventos adversos, lo que aumenta la humanización en la respuesta, tanto a los/as pacientes como a los/as profesionales. Establece objetivos específicos para la población y un análisis del riesgo concreto y específico de cada situación asistencial y, entre otros aspectos, incide en las tecnologías de la información sanitaria como grandes aliadas a la hora de ofrecer una atención más segura.